COLUMNISTAS GOLEAMOS
La sorpresa como bandera
El equipo de Klopp es una de las sensaciones de la Premier; sin embargo, no es sopresa este hecho en particular, sino que su forma de jugar es, en su todo, una caja de Pandora.
Si a muchos nos decían, hace unos meses, que para esta fecha el Liverpool estaría siendo puntero de la Premier, creo que al contrario de lo que sucedía hace un tiempo, hubiésemos respaldado la declaración. ¿Terminó jugando bien la temporada pasada el equipo de la ciudad portuaria? No del todo. Pero, con algunos partidos bajo la dirección técnica del alemán Jurgen Klopp, su mano ya había comenzado a notarse. Todos los que venimos siguiendo el fútbol ya sabíamos de antemano las maravillas que había hecho el alemán en el Borussia Dortmund, y que a pesar de un par de resbalones pudo mantenerse en la Elite de Europa, donde hoy aún se encuentra. Por esto, y por su filosofía de juego, hubiésemos tenido una confianza ciega en que el Liverpool iba a empezar la temporada con un planteo mucho más afilado y ensayado.
Porque, básicamente, lo que Klopp necesita (y esto queda muy claro) es eso: tiempo de trabajo. Pidió jugadores con futuro y se deshizo de los que no fuesen a jugar como el pretendía. Y los empezó a curtir con su sistema. El conjunto rojo siempre fue conocido por ser “batallador”, pero Klopp le dio ese toque de velocidad que quizás le venía faltando. Por medio de ataques veloces, presión alta, toques precisos y muchos movimientos de distracción practicados hasta el hartazgo, después de dos años y monedas, se encuentra de vuelta en la cima de la tabla. Siendo el equipo más goleador, aunque no el menos goleado. ¿Por qué sucede esto? Simple: porque corre riesgos, pero capitaliza las situaciones de gol como no lo hacía el torneo pasado. Sus delanteros afilaron la puntería y entendieron que a veces, no debían jugar para ellos solos. Así, a pesar de que a veces su defensa queda mal parada ,sus ataques son mucho más certeros y mortíferos. La utilización del falso 9, que viene siendo Firmino o Sturridge, bajando hasta mitad de cancha y flotando como opción constantemente, libera a otros jugadores que reciben la pelota más tranquilos, y que si llegan a perderla, los relevos constantes cubren sus posiciones. Así, todos los lugares de la cancha están constantemente ocupados, y siempre con una presión asfixiante. Ésta, gente, es la formula del éxito con un plantel en el que sobra talento pero falta quizás explotarlo. Tiene que haber solidaridad, pases veloces, transiciones rápidas, y por sobre todo, sorpresa. Ya sea para atacar, distraer y convertir, como para presionar, relevar y cubrir. Un equipo con mucho aire, pero por sobre todo, con una idea clara en mente.
Así juega el Liverpool
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