COLUMNISTAS GOLEAMOS

Nicolas Pees Labory

Estudiante de Comunicación Social UCES

Las opiniones expresadas en este artículo son de absoluta responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la opinión de www.goleamos.com.
Fecha: 07 de Abril de 2016

La Importancia de lo Simple

Con una idea ambiciosa, River demostró que tiene todavìa bastante para mostrar.

El partido de ayer pareció ser el renacer del equipo millonario. Hace ya un tiempo que al equipo se le reclamaba jugar como lo hacía hace un año y medio, maravillando a todo el mundo del futbol, juego que solo se volvió a ver escasas veces. Después de ese semestre en el que River volvió a anotarse en el plano internacional adjudicándose la Copa Sudamericana, Hubo un fuerte recambio de jugadores y también algunos bajones futbolísitcos, los cuales imposibilitaron la repetición de aquella forma de jugar dinámica y tiempista.

El equipo del muñeco Gallardo fue oscilando y saltando de esquema en esquema, con jugadores que eran probados en diferentes puestos de los que estaban acostumbrados tratando de funcionar como parches por lesiones y ventas, y buscando la manera más óptima de jugar bien de vuelta. Pero todas estas circunstancias y los partidos que se fueron presentando a lo largo de 2015 llevaron a Gallardo a también modificar la táctica, convirtiendo al plantel en uno aguerrido más que en uno que jugaba bien. De esta forma ganó la Libertadores, aunque le costó bastante. Tuvo que hacerse fuerte y demostrar esa garra que fue presentándose cuando la precisó. El único tema que luego de algunos partidos terminó por transformarse en un inconveniente, fue que en los partidos que no parecían ser tan claves a simple vista, River terminaba decepcionando ya que al no jugarse nada específico, la dicha garra no aparecía, y el “jogo bonito” tampoco se mostraba al rescate. Ya se había extraviado meses atrás, y no lo podían encontrar.

Ayer, contra The Strongest, Gallardo tuvo la suerte de contar finalmente con un jugador específico en cada puesto de la cancha. Sin parches, sin improvisaciones. Tenía cada lugar del campo cubierto por alguien que sabía cómo desempeñarse en esa posición, hecho que no se le presentaba desde hace ya un tiempo. Lo único que faltaba era poner en práctica esta vuelta al viejo 4-3-1-2 que lo hizo revivir hace un tiempo, y confiar en que no lo defraudaría. Y por suerte, o mejor dicho, como se suponía que debía ser, el equipo volvió a brillar de una vez. Nada de un 10 jugando de 7; ningún 8 jugando de 4 y menos que menos, ningún 5 jugando de 3. Mayada aparenta ser un firme reemplazante de Carlos Sanchez, con el plus de además tener recuperación, mientras que Nacho Fernandez sabe manejar los tempos como lo hacía Rojas, a lo que le suma mayor llegada. Balanta, si no se lesiona y tiene rodaje, puede demostrar un poco de lo que supo hacer cuando saltó a primera, y D’alessandro jugando de 10 y con un equipo funcional y movedizo, es una luz.

Gallardo pareció encontrar finalmente, en un viejo sistema conocido y con la fortuna de su lado, un equipo que puede llegar a rendir y sacar a River del bache en el que entró hace un par de meses, por el cual ya había pasado bastantes veces desde mitad del año pasado y aún no había logrado esquivar. 



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