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El síndrome Messi

En la Argentina hay un gran problema, no se valora lo que se tiene hasta que se va. Se puede ver reflejado en la selección, sin lugar a duda. No terminamos de insultar a un jugador, que cuando no está lo extrañamos, decimos que es el mejor y que sin él no podemos ganar. Pero.. Hacía dos semanas era un pecho frío, que no corría, que no hacía nada para triunfar.

Eso es lo que sufrimos día a día en el fútbol argentino. Con Lionel Messi en el equipo, la albiceleste logró 9 puntos en tres partidos que disputó, es decir 100% de efectividad. Sin embargo, cuando el rosarino no pudo estar al mando del equipo, la selección cosechó 6 puntos en cinco fechas. Pero este pibe es un sin vergüenza, ya que en su país no juega ni un diez por ciento de lo que lo hace en Barcelona.

No obstante hace pocos meses, se convirtió en el máximo goleador de la historia con la camiseta de la selección Argentina, donde superó a Gabriel Batistuta (54). El record lo concretó en la Copa América Centenario disputada en Estados Unidos. El jueves, el jugador Blaugrana, anotó el único gol del partido frente a Uruguay, para sumar una victoria y agregar un tanto más a la lista, ya van 56.

Ayer el equipo de Edgardo Bauza, se enfrentaba a un rival inferior, sin el mejor jugador del mundo, pequeño detalle. La Argentina en el historial frente a la Vinotinto era el favorito, ya que en 21 partidos jugados, había ganado 20, y perdido 1. El único partido que Venezuela había derrotado a la albiceleste, habia sido el 11 de octubre de 2011 en Puerto de la Cruz, 1-0 por las Eliminatorias Brasil 2014.

El archivo lo demostraba, la celeste y blanca era ampliamente superior, pero esto es fútbol y subestimar a los rivales puede salir caro. Eso le pasó ayer a la Argentina, sobró a una selección que iba última y que se enfrentaba al líder. Si no fuese por Pratto y Otamendi, hoy hubiese sido una catástrofe perder por segunda vez en la historia, con Venezuela. Pero si estaba Messi, habría sido diferente.