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Barcelona esperó un cuarto de siglo

A nivel de los octavos de final de la Copa Libertadores, Barcelona enfrentó a Palmeiras por el duelo de ida en el estadio Monumental. 

Hace veinticinco años fue la última vez que derrotó a un conjunto brasileño, el sorprendente Sao Paulo fue en 1992 derrotado por un conglomerado de estrellas de parte y parte. Pero esta vez la historia marcó que el campeón brasileño se enfrentó al campeón ecuatoriano.

Para este partido se notaron claramente las estrategias de ambos equipos, por un lado el ofensivo Barcelona de Guillermo Almada y por otro el ordenado Palmeiras de Cuca que fue bastante peligroso. El clásico gol de visitante podría haber sentenciado tranquilamente la serie para la vuelta, sin embargo lo correcto del portero Máximo Banguera, la contundencia del sistema defensivo y también, por qué no, la suerte estuvo del lado de los toreros que sobre el final marcaron a través de Jonathan Alvez, un gol que no llegó de la mejor factura o elaboración de jugada como si se observó en otros episodios, pero a la final en el fútbol cuentan los resultados vengan de la manera que vengan.

La clase con la cual se ha presentado Barcelona en este certamen, en el cual fue el primer clasificado a la ronda de octavos, hizo que el rival lo respete y probablemente el escenario puede ser similar en la vuelta. Sobre todo porque los brasileños ya fueron testigos de cómo Barcelona venció a Botafogo en Rio de Janeiro.

Por ahora el conjunto verde espera mantenerse en posiciones estelares en su país, mientras que Barcelona esperará ganar la segunda etapa y disputar la final del torneo ante un equipo que casi todo el año ha permanecido invicto.